lunes, 15 de agosto de 2016

Deteriorado

Deteriorado.
El tóxico paso del tiempo ha llenado de achaques la rutina. 
Poner esperanzas en un mañana aterra, es posible que hoy sea el último día.
Cansa respirar, cansa dar un paso. Cansan los huesos pesados y quebradizos. Cansan los años, portadores de tanto y que en tan poco tiempo se han esfumado. Cansa la vida, y más aferrarte a ella.
"No abandones mi cuerpo" suplicas, "¿que será de mi alma? Si es que existe, llora, melancólica.
"Esta cabeza dispersa ya no consigue enlazar una frase. Pero quisiera decir, decir lo que sea. Desde lo más profundo de mis entrañas, no poder me envenena. Gritar ayuda es un balbuceo intangible. ¿Cómo sonaba mi voz?"
Confuso.
No encuentras tus recuerdos, y Dios sabe cuento duele buscarlos.
Queda lejano el mundo donde encajabas. Tu mirada no repelía, no denotaba tanta tortura. Ahora, verdad cruda, desagradable. Un carga. Reflejo de lo que tarde o temprano, siempre temprano... Llega. Un suspiro, tan solo un yo era. Solo, polvo y ceniza.

domingo, 3 de abril de 2016

Poema de una noche

A destiempo desde hace tiempo...
Corazón lento, aletargado,
adorno olvidado entre mis entrañas,
comparsa del tictac que invento
como un reloj estropeado.

Mientras me quetiba las legañas
arranque la aguja al marcar las doce
y con la luna en lo más alto
arañé mi piel con su afilado roce.


Otro acabara en espanto;
Nunca fue sangre,
¿Quién bombea?

Tinta estancada
llena de hambre.

Como Dios que crea,

crei que todo lo podia.

Pluma,  acomódate entre mis dedos,
báñate en mis muñecas.

Dibuja con trazo firme
lo que venga a la mente, sin miedos,
dale una vida.

Me plasme a mi misma en el lienzo
pequeñita y durmiendo.
para luego darme un par de alas
y pensar que era un comienzo.

Pero me quede con las ganas.
al no pintarme despierta
tan solo era un angel caido y desnudo,
con su libertad a medias
y una túnica de plumas, como escudo.

martes, 29 de marzo de 2016

A falta de estrellas

Cerré los ojos.
Antes pensaba que las estrellas habían brillado tanto durante el día que no tenían nada que ofrecerle a la noche, que desde ahí fue fría, desamparada y desconcertante.
Las sombras engulleron el resquicio de calidez que habían dejado unos rayos de luz que con el sol tocando la tierra se refugiaron en ella curiosos; los monstruos vencieron su miedo a la oscuridad para abrazarla saliendo de sus guaridas, queriendo calmar su llanto sin éxito alguno, pues los muy desdichados nunca tuvieron un rostro agradable...
Mientras tanto yo di demasiadas vueltas en la cama desesperada por el molesto centelleo de una farola. 
Entonces cerré los ojos con más fuerza.
Creo que comencé a soñar porque no recordaba tantísimas de esas lámparas altivas conquistando la calle. ¿Y qué hacía yo ahí? Me pregunté como otras veces he hecho aferrándome a una de ellas, y mire hacia arriba echando de menos el resplandor mortecino siempre en calma de la luna.
-Te odio. -Susurré al metal contra mi mejilla. -Escucha como se lamenta la noche, que no es ella misma sin las estrellas que estas cegando, y fuera de sí, que razón de ser tiene, si ni siquiera puedo dormir en ella. 
-Pero hay quien quiere estar despierto. -Me respondió y reía.
No pude rebatir eso. Tampoco tenía ganas de discutir con una farola. 
Ya arremeterán las polillas contra sus cristales gritando airadas, una y otra vez de forma frenética, quemándose las alas hasta caer rendidas, golpeando y golpeando. También están tristes. Desde hace demasiado tiempo que cuando anochece, el cielo no es el mismo.

martes, 23 de febrero de 2016

Tu abrazo mi templo

Que fría es la promesa de un futuro junto al tuyo si en mi presente no estuviste ni se supo de ti. 
Ganarme tu cielo sería el premio tras un amor devoto que nunca pregunta y perdona que permanezcas callado. Y ese amor toda mi fe y ganas de creer que se puede, que existe un paraíso para este corazón que reza perdón sin ya saber porqué se le culpa.
Sin flores, sin grandes ceremonias, de tu abrazo mi templo y de tu olor mi incienso.
Pero ay, corazón.
Ya no hay abrazos y no me acuerdo de como olías. 
Se hicieron añicos las vidrieras de colores donde quedaron grabados nuestros sentimientos. En escombros sigo esperando una respuesta y mientras tanto se raspan mis rodillas. No existe cobijo, no hay lugar donde procesar tanto cariño.
Y aun así te creo mi techo. 
Por encima de mi cabeza... y siempre dentro de ella.

domingo, 14 de febrero de 2016

No hay olvido en tu recuerdo

Por más que escriba, que pretenda dejarte.
Al final las letras son solo letras, como el humano es solo humano a merced de sus sentimientos.
El cuerpo los limita, ya sean palabras o carne, la angustia se queda y no piensa marcharse.
Y sí, tú mi angustia y mi hambre, irse para no acabar de dejarme. Sin ti y con tu recuerdo donde no cabe el olvido… donde por el contrario, en tu profundo olvido, no cabe mi recuerdo.
Sé que no hay quien lo rescate, si soberbia indiferencia lo empuja hacia un inmenso vacío que tirita de frío. En tu nada, sin ser y sin vida, amor.
Pero no entiendo tus oídos sordos ni esas respuestas que nunca existieron. ¿Por qué? ¿Por qué un segundo de los tuyos no tiene valor si lo malgastas conmigo?
Entonces pasas a mi lado y me rozas. No me miras y me siento pequeñita.
Ahí, en ese instante al que ni siquiera das cuenta, sé una de tantas formas de morir.

Ser olvidado por aquellos que más te importan. Que me olvides, y no te importe.

lunes, 25 de enero de 2016

Batallando

Es hierro al rojo vivo,
Que me abrasa y no da tregua.
Desgarra y desgarra.
Insistente dolor que no mengua.

Acurrucado tu recuerdo en mi pesar,
Da patadas y me retumban los oídos.
Ya no, ya no...ya no te puedo besar.

Clavado punzante,
No tiene intención de salir.
Lluvia constante,
Como otra forma de vivir.

Adiós te grito y no me escuchas,
Gracias susurro, no quiero que te vayas.
Duele, duele ver que no luchas,
Y yo aun aquí, en pleno campo de batalla.

jueves, 21 de enero de 2016

Poquito a poco

Igual no es querernos más a nosotros mismos, es querernos mejor. Que ya sabemos que mucho y mal no sirve de nada pero que poquito y bien ya es otra cosa. Puede que así, poquito a poco, seamos más felices.
Es tan fácil como mirarte al espejo y verte más guapo. Eso o aguantarte las ganas de romperlo por no aumentar tu mala suerte inventada. Porque la suerte no existe, es cosa de actitudes y quien se odia tiene una y muy mala.
Simplemente es levantarse y ser mejor, darlo todo para que el esfuerzo no se quede en nada.
Que no exista el que dirán.
Así que ahí quieto en la oscuridad mientras te lamentas compadeciéndote de tu desdicha, por verte fallos irremediables y culpándote sin perdón con cabezazos sin sentido contra un muro de mentiras, recuerda. Recuerda que a unos pasitos hay un interruptor y que solo estas bajo las sábanas soñoliento. Recuerda que somos un cúmulo de problemas por pensar demasiado cuando a veces hay que sacar la cabeza por la ventanilla de un coche que va donde sea pero lejos. Sin replantearse nada. Gritando, gritando de júbilo.
Y si alguien te mira raro sonríele con una sonrisa despojada de todo complejo.
Que sea porque te has despertado un poquito más guapo, un poquito mejor y un poco más tú y sin tus demonios.

miércoles, 13 de enero de 2016

Secreto sobre ruedas

Entonces estabas triste y no tengo ni idea del porqué. 
La cuestión era que aunque armada con mi mejor repertorio de chistes malos no conseguía hacerte reír. Y oh, eso ya era algo personal.
Siempre has sido mi reto.
Claro que en ese momento tú no necesitabas soltar una carcajada. Así que entre el estrepitoso silencio que no me dejaba oír mis pensamientos revueltos acabe por abrazarte muy fuerte como quien escurre un paño lleno de lagrimas.
Un sollozo resquebrajo y te escondiste en mi.
Igual te daba vergüenza que te viera la cara o buscabas juntar los pedazos. Sí, puede que el calor en el que te cobijabas derritiera los bordes y ya no cortaran.
Apoyé mi barbilla en tu pelo y no puede evitar sonreír en lo más hondo con ternura.

Yo sabia que no volveríamos a hablar de aquel día en el que estabas cansado de ser fuerte.
Me sentía como cuando sentado invisible en la parte de atrás de cualquier coche, con la frente pegada en el cristal y cara de aburrimiento, ves a gente que camina. Esos desconocidos van o vienen y te preguntas donde irán, te quedas observando como transcurren sus vidas el tiempo que permitan las ruedas sobre el asfalto. "Así debe de sentirse un Dios que vigila frustrado, demasiado deprisa para ayudar, quizás,"pienso, pero eso ya es otro tema.
Ocurre que sin avisar alguien al que se le ha quedado el movil sin batería echa un vistazo a la carretera  y te pilla infraganti obligándote a bajar la cabeza. No tan invisible entonces, no.

Yo me bajare del coche y no mencionare lo ocurrido. Sé que tampoco recordare el rostro de esa persona. Y aún así se me resecaran los labios por el frío de un secreto olvidado. Cruces y cruces de miradas que se esquivan, de otras valientes que se mantienen ahí por unos segundos.
Aún así, como aquel día que llorabas, guardare el peso de la tristeza de todas esas personas que sin sentido, caminan.

jueves, 7 de enero de 2016

Segunda vez

Ven y hablemos de segundas veces, que de la inexperiencia y confusión de la primera ya se un rato. 
Quiero escuchar que antes la cosa no iba bien y ahora va un poco mejor. 
"Ya le voy pillando el truco". Y es que en eso se basa la vida; torpeza, truco, maña y grandes hazañas. 
Yo me quedo con el "uy casi" del segundo intento. Ese que te da las ganas de probar de nuevo. Y es cierto que a la tercera o a la cuarta y si eso a la quinta o le sexta va la vencida, y como mola lograr algo que no ha salido a la de una, porque si eso ocurre dirán que ha sido chiripa. 
Y de chiripa son los primeros besos y otras tantas cosas que empezamos con el miedo tonto que no sabe contar hasta dos.
¿Por qué todos tienen la manía de la primera vez cuando las que vienen saben con más fuerza? 
Así que cuéntame como fue la segunda ocasión en la que nos cruzamos sin quererlo, y muriéndonos de ganas entre sonrisas desgastadas, supimos que éramos el uno para el otro.