lunes, 25 de enero de 2016

Batallando

Es hierro al rojo vivo,
Que me abrasa y no da tregua.
Desgarra y desgarra.
Insistente dolor que no mengua.

Acurrucado tu recuerdo en mi pesar,
Da patadas y me retumban los oídos.
Ya no, ya no...ya no te puedo besar.

Clavado punzante,
No tiene intención de salir.
Lluvia constante,
Como otra forma de vivir.

Adiós te grito y no me escuchas,
Gracias susurro, no quiero que te vayas.
Duele, duele ver que no luchas,
Y yo aun aquí, en pleno campo de batalla.

jueves, 21 de enero de 2016

Poquito a poco

Igual no es querernos más a nosotros mismos, es querernos mejor. Que ya sabemos que mucho y mal no sirve de nada pero que poquito y bien ya es otra cosa. Puede que así, poquito a poco, seamos más felices.
Es tan fácil como mirarte al espejo y verte más guapo. Eso o aguantarte las ganas de romperlo por no aumentar tu mala suerte inventada. Porque la suerte no existe, es cosa de actitudes y quien se odia tiene una y muy mala.
Simplemente es levantarse y ser mejor, darlo todo para que el esfuerzo no se quede en nada.
Que no exista el que dirán.
Así que ahí quieto en la oscuridad mientras te lamentas compadeciéndote de tu desdicha, por verte fallos irremediables y culpándote sin perdón con cabezazos sin sentido contra un muro de mentiras, recuerda. Recuerda que a unos pasitos hay un interruptor y que solo estas bajo las sábanas soñoliento. Recuerda que somos un cúmulo de problemas por pensar demasiado cuando a veces hay que sacar la cabeza por la ventanilla de un coche que va donde sea pero lejos. Sin replantearse nada. Gritando, gritando de júbilo.
Y si alguien te mira raro sonríele con una sonrisa despojada de todo complejo.
Que sea porque te has despertado un poquito más guapo, un poquito mejor y un poco más tú y sin tus demonios.

miércoles, 13 de enero de 2016

Secreto sobre ruedas

Entonces estabas triste y no tengo ni idea del porqué. 
La cuestión era que aunque armada con mi mejor repertorio de chistes malos no conseguía hacerte reír. Y oh, eso ya era algo personal.
Siempre has sido mi reto.
Claro que en ese momento tú no necesitabas soltar una carcajada. Así que entre el estrepitoso silencio que no me dejaba oír mis pensamientos revueltos acabe por abrazarte muy fuerte como quien escurre un paño lleno de lagrimas.
Un sollozo resquebrajo y te escondiste en mi.
Igual te daba vergüenza que te viera la cara o buscabas juntar los pedazos. Sí, puede que el calor en el que te cobijabas derritiera los bordes y ya no cortaran.
Apoyé mi barbilla en tu pelo y no puede evitar sonreír en lo más hondo con ternura.

Yo sabia que no volveríamos a hablar de aquel día en el que estabas cansado de ser fuerte.
Me sentía como cuando sentado invisible en la parte de atrás de cualquier coche, con la frente pegada en el cristal y cara de aburrimiento, ves a gente que camina. Esos desconocidos van o vienen y te preguntas donde irán, te quedas observando como transcurren sus vidas el tiempo que permitan las ruedas sobre el asfalto. "Así debe de sentirse un Dios que vigila frustrado, demasiado deprisa para ayudar, quizás,"pienso, pero eso ya es otro tema.
Ocurre que sin avisar alguien al que se le ha quedado el movil sin batería echa un vistazo a la carretera  y te pilla infraganti obligándote a bajar la cabeza. No tan invisible entonces, no.

Yo me bajare del coche y no mencionare lo ocurrido. Sé que tampoco recordare el rostro de esa persona. Y aún así se me resecaran los labios por el frío de un secreto olvidado. Cruces y cruces de miradas que se esquivan, de otras valientes que se mantienen ahí por unos segundos.
Aún así, como aquel día que llorabas, guardare el peso de la tristeza de todas esas personas que sin sentido, caminan.

jueves, 7 de enero de 2016

Segunda vez

Ven y hablemos de segundas veces, que de la inexperiencia y confusión de la primera ya se un rato. 
Quiero escuchar que antes la cosa no iba bien y ahora va un poco mejor. 
"Ya le voy pillando el truco". Y es que en eso se basa la vida; torpeza, truco, maña y grandes hazañas. 
Yo me quedo con el "uy casi" del segundo intento. Ese que te da las ganas de probar de nuevo. Y es cierto que a la tercera o a la cuarta y si eso a la quinta o le sexta va la vencida, y como mola lograr algo que no ha salido a la de una, porque si eso ocurre dirán que ha sido chiripa. 
Y de chiripa son los primeros besos y otras tantas cosas que empezamos con el miedo tonto que no sabe contar hasta dos.
¿Por qué todos tienen la manía de la primera vez cuando las que vienen saben con más fuerza? 
Así que cuéntame como fue la segunda ocasión en la que nos cruzamos sin quererlo, y muriéndonos de ganas entre sonrisas desgastadas, supimos que éramos el uno para el otro.