domingo, 8 de noviembre de 2015

De tu soledad me encargo yo

No se puede negar que la soledad te hace caer en locura. 
A veces, puntualmente, alejarte de multitudes es necesario, mas si no sabes volver mucho me temo que esa calma se volverá tu cadena perpetua. Es un infierno muy callado, mancillado por las voces de tu cabeza, glacial e imperturbable, que te camufla entre tinieblas con el sigilo de la misma muerte. Solo, cara a cara  frente a un espejo...¿el reflejo?; tu peor enemigo. 
Cállate silencio. Salpícate de risas y bullicio.
Rompe con estrépito los lindes de esta cárcel que necesito oírte llegar compañía. 
Porque todos queremos escuchar que han pagado la fianza.
 "Cariño, de tu soledad me encargo yo"

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